15 de enero de 2008

Para que la memoria no nos falle (4)

Por La Flecha

En estos tiempos de memorias acomodaticias y de empresas mediáticas de la mentira y la infamia, vale la pena que recordemos someramente algunos hechos, para que no seamos tontos convidados de palo al banquete de la guerra. El escándalo que se quiere armar con el incidente del Golfo Pérsico, con una supuesta provocación de Irán a la poderosa flota naval norteamericana parece una "útil coincidencia" con la desaforada campaña guerrerista de Bush.


Los guerreristas de Washington...

Se trata de la búsqueda de una excusa para desatar la guerra, presionado por la recesión económica que agobia a los Estados Unidos y las elevadas pérdidas del sistema bancario, que en el último trimestre sobrepasan los 75.000 millones de dólares del sistema financiero mundial, en el cual llevan la peor parte los entes crediticios norteamericanos. La guerra es el mecanismo ideal para reanimar la economía norteamericana y mundial, y todo indica que hacia allá vamos.

La excusa: cinco lanchas que se le acercaron a tres poderosos superbarcos de guerra norteamericanos. Un supuesto mensaje de amenaza. Pero es tan burda la treta, que un periódico de la marina estadounidense dice que la supuesta amenaza no provenía de las lanchas iraníes, sino que es un presunto "mico filipino" (Voz que se entromete en los diálogos entre naves marinas).

No es la primera ni la última vez que los EE UU inventa motivos para declarar guerras. Para iniciar la guerra contra España por el dominio de cuba, los yanquis hundieron el barco El Maine, en el cual perecieron 256 marinos norteamericanos. Para declararle la guerra a Vietnam urdieron el incidente de Tomkin. Para invadir a Grenada, un pequeña isla defendida por 300 policías se inventaron el supuesto peligro para unos ciudadanos norteamericanos. La lista es interminable... hasta el grado de que investigadores serios encontraron hechos sumamente sospechosos referidos al 11 de septiembre, en el que al parecer las torres gemelas se derrumbaron no por el efecto de los aviones que se estrellaron contra ellas sino por implosiones técnicamente organizadas para su derrumbamiento. Aún más, las torres agredidas fueron dos... y se cayeron TRES, todas con la misma modalidad de implosión. Y vino la guerra contra Irak...

Ahora la guerra es en Irán. Parodiando a un famoso presentador de la televisión: ...
y mañana, el terrorismo estará en cualquier parte.

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