4 de agosto de 2008

Una pesada herencia



Por Koestler
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Aplazar soluciones generalmente es agravar problemas. Pero eso forma parte de nuestro quehacer político nacional, departamental, y claro, no podía ser la excepción, municipal. Una consecuencia de tan deplorable práctica es la deuda que tiene contraído el municipio con el señor Mario Serrano Gallo, quien fuera macheteado por su compadre —q. e. p. d.— durante su ejercicio como alcalde. De dichas heridas derivó una incapacidad, que fue tasada en un 75%.

Independiente de la justeza de dicha valoración de medicina legal, lo objetivo es que ello es decisión que fue ratificada por el médico legista. Durante la administración de Norberto Vásquez el alegante buscó una conciliación con el ente municipal pero no se llegó a ningún acuerdo. Pesaron más las inquinas o prevenciones de los asesores jurídico y económico, que bloquearon cualquier acuerdo con diversos argumentos.

Manejo similar tuvo durante la alcaldía de Humberto Lesmes. Y ni para qué decir durante la de Ricardo Jaimes, en la que se había alcanzado un preacuerdo de aproximadamente setenta millones de pesos ($70. 000. 000. oo). Pero el famoso ex alcalde, a quien jocosamente sus amigos llamaban la “Princesa Sisí” (¡qué no le dirían sus enemigos!) y otra vez sus inefables asesores, prefirieron dejar para la siguiente administración el arreglo.

Lo cierto es que en este mes salió ya una decisión final del Consejo de Estado, que ordena pagar al señor Mario Serrano Gallo la suma de cuatrocientos millones de pesos ($400. 000. 000. oo). Suma elevada y difícil de manejar, si se tiene presente que los recursos propios el ente administrativo llegan a una suma escasamente mayor a los mil millones de pesos anuales ($1. 000. 000. 000. oo).

A todas estas ¿qué hacer? Sencilo: pagar. Establecer acuerdos de pago y asumir la tarea. Y rápido, pues con excusas de que es una deuda heredada no se arregla nada. Le toca a la Dra. Sonia Serrano realizar ajustes al gasto. Menos fiestas, reinados o ferias. Menos contraticos leoninos. Y aguantarse las ganas de una reestructuración de bolsillo, con ánimos revanchistas. En vez de esto último, dar condiciones y poner a trabajar al personal que tiene paralizado por falta de recursos de transporte. Y, lo más importante, saber administrar para que se marche como un equipo... pero no de mandaderas.

Porque la situación es delicada y urgente. Máxime si vienen en camino otras indemnizaciones que pueden llegar a unos cuatrocientos veinticinco millones más, ahora de maestros. Otra pesada herencia, que será motivo de nueva nota del blog.

¡La solución es financiera, y no ensoñaciones de acuerdos políticos liberales! A aterrizar en la conducción del municipio. ¿O acaso Jaime Durán Barrera sí será la solución?

Ilustraciones:
http://www.swissinfo.ch

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